8 de mayo de 2016.

Desde los tiempos remotos, el hombre ha tratado de representar en figuras externas las proyecciones internas de la conciencia, lanzando, de esta manera, poderosos símbolos al mundo. Estas formas poseen la
facultad recíproca de ejercer ciertas acciones sobre la conciencia que guían a todo ser humano que así lo desee en su búsqueda de una profunda comprensión interna. Los símbolos que encontramos en los Parques de Estudio y Reflexión son producto de estos momentos de intensa inspiración que ha tenido nuestra especie
desde su origen.

En diferentes lugares del mundo, en diferentes culturas, encontramos simbología común, que evidentemente tiene su origen en la profundidad del ser humano, en su búsqueda de re-ligar, de re-tomar contacto con lo Sagrado, con esa otra realidad donde el espacio es infinito y el tiempo es eterno…

En todos los Parques, estos símbolos son: el Portal, el Monolito, las Estelas, la Sala de meditación y la Fuente.

Tanto en las historias de la creación como en la mitología en general, el agua simboliza la sustancia primordial de la que nacen y a la que vuelven todas las formas.

Tradicionalmente está relacionada con lo femenino y la fecundidad.

Las fuentes de los parques se inspiran en las formas del yoni-lingam de la india, que representa la unión sexual femenina y masculina. El Tantra ve en el yoni-lingam la representación suprema de lo que
hay de Dios en nosotros, de la energía creativa que se manifiesta en el pensamiento y en la capacidad de crear vida.

Hoy, bajo este cielo lluvioso, fecundador, y sobre esta tierra progenitora, inauguramos la Fuente, el segundo
símbolo del Parque de Estudio y Reflexión Cinco Saltos.